martes, mayo 29, 2007

Korean demiurge

Kim Ki-Duk, exquisito* guardabarreras, no contento con abrirme puertas que a veces agradezco, pone candados en las que un servidor pretendía abrir sin ayuda de nadie.





*Aunque haya caído un poquito en la tentación del sonido.

Anotaciones al margen de la existencia



Purgada el alma de intrascendencia, enfangadas las manos y las uñas de sencillez, pringosas las gargantas de desgañitamientos infames y feliz el intelecto de buenas cebadas, no nos queda más que agradecer a los participantes y felicitarlos por tan maravilloso código.

(Por cierto, esa fortaleza de brazos, acólitos, gavilanes, amigos y borrachos errantes te privó de un momento harto patético. De todos modos, gracias).

Ahora hay que mirar el periplo de las motas sacudidas.

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jueves, mayo 24, 2007

Juvenilia

Mi profesora de lingüística contrae nariz y carrillos y pone cara de asco cuando da ejemplos agramaticales.

martes, mayo 22, 2007

Reivindicación

Los que tienen dificultades a la hora de dejar de pensar, tienden a tener una concepción relativamente estructurada y predecible de la realidad, o al menos eso piensan. Así las cosas, que les volteen un estereotipo, hijo de largas horas de olvidar diferencias, es casi cataclísmico.

De todos modos, los que escribimos no podemos dejar de agradecer al taxista anónimo que hoy nos llevó

(sin despegarse un instante del carril de Scalabrini Ortiz que huye del río)

por Tres Arroyos (ex Monte Egmont, ex "Montemón" para los baqueanos),

por la iglesia de San Bernardo, la iglesia del Cristo de la mano rota (mano que Monseñor Laguna, brutamente, hizo arreglar),

por Boedo,

por Florida,

por 1971.

Nobleza obliga: nos asustó al principio, cuando dijo que en esos cien metros había cuatro estilos arquitectónicos distintos (aprovechando la fácil circunstancia de dos restaurantes que de lejos parecen árabes) y nos aterró cuando chapuceó unas clasificaciones sin demasiada convicción. Sin embargo, después... gracias.

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jueves, mayo 17, 2007

¿Saña?

No voy a renegar de lo último.

Empero: incendiar los corazones de los trabajadores subterráneos... todo para que el chofer del 92 tenga que tomar una ruta convenientemente panorámica, que me llevó por varios pasados, algún que otro presente y, ¿para qué?, ciertos futuros posibles (en otras continuidades, claro)...

¿Te parece a vos?

Universo, tirame un hueso de vez en cuando. No pido mucho.

Gracias.

viernes, mayo 04, 2007

10 mantos de piedad

Los amigos de las conspiraciones dirán que todo es hijo del afán ahorrativo de la editorial. Sabe Dios cuánto cobra un revisor, un imprentero de ley o, en última instancia, alguien que pase las hojas con un mínimo de atención.

Lo cierto es que mi copia de Adán Buenosayres es pródiga en hojas en blanco, en especial en la sección correspondiente a la tertulia en lo de los Amundsen (sobre la cual, por razones evidentes, no puedo dar mayores precisiones), como si un telón rebelde (y blanco, por cierto) decidiera buscar (de manera un poco violenta) la participación activa del lector.

Sin embargo, en alas del novedoso espíritu realista y pragmático que nos empaña los lentes, después de leer algunas de las pocas cosas que se dejan leer

(..."sería en una tarde con olor a hojas muertas, ¿dónde?, ¡qué importaba!";

"...la mirada que le tendería [...] como un puente";

"...ante lo 'imposible' de hoy y la dulzura del 'pudo ser'...")

sabemos que la tinta se escurrió, bondadosa, y que espera tiempos, mejores o peores, en los que las palabras no aturdan tanto.

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