Persépolis (2007, Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud)

Acá nos ponemos contentos cuando nos faltan las palabras, pero que sobren, a veces, no está tan mal.

Esperen a que la estrenen acá (por lo que leí, en abril) o bajenlá, pero traten de verla.

"Prefiero amurado mi pena cantar"

Podríamos aburrirlos con la relación del regreso al hogar y al compañero, que se floreó en la ardua demostración simultánea de afecto y furia, mordiendo un "¿Por qué me dejaste?" al tiempo que ronroneaba un "Gracias por volver"*. Sin embargo, no.

Nos atrae más aburrirlos, en cambio, con la mención de cierto ánimo de los últimos días, más melancólico que el habitual, que vimos galvanizado hoy mismo, cuando una vez más escuchamos, de labios de una dichosa, la enormidad que es "saudade". Sin embargo, tampoco.

*Estuvimos tentados de tildar de contradictoria la actitud, pero hacemos gala de cobardía, acallamos los adjetivos y elegimos, por una vez, no escupir al cielo: sabe Dios cómo reaccionaríamos ante situaciones que no conocemos ni de lejos.

Scorched earth

Y pasó, nomás: la entrada inmediatamente posterior a la que anunciaba la Segunda Venida de Rivero se refiere, precisamente, a Rivero.

Porque Rivero, que con dos meses está un poco verde para cantor nacional (aunque ya se sube a la funda de la guitarra para mirar la lluvia por la ventana), se tuvo fe para manosear el paradigma y decirle a Euclides que la forma más conveniente de llegar desde un punto A a un punto B es la destrucción efectiva de todo lo que yace entre ambos puntos y, por las dudas, en segmentos tangenciales.