martes, diciembre 09, 2008

Digresión sobre "La familia, la propiedad privada, y el amor. Uno: primera de dos subvidas como víctima de actividades criminales"

En realidad, no es descabellado decir que fueron tres, y no dos, las subvidas que nos tuvieron como víctimas de actividades criminales.

La tercera, que en términos cronológicos es la segunda, comprende unos meses del año 2000, quizás, en los que, patológicamente fanatizados con Okupas, nos sospechamos criminales en potencia.

Objetarán, con razón, que esa ilusión no nos haría víctimas del crimen, sino, a lo sumo, agentes o victimarios.

Responderemos que, si nos hubieran visto con la capucha del buzo puesta constantemente (cosa que no intimidaba a nadie), adoptando en cuestión de días un léxico y una dicción inauditas, haciendo un culto de la cerveza Brahma (cuyo peor momento coincidió con el nuestro) y, en resumidas cuentas, humillándonos con miras a amoldarnos a una estética que no tiene demasiado mérito, no dudarían al momento de considerarnos víctimas.

Etiquetas: ,