...porque era componente necesario del plan monástico que pusimos en práctica en las últimas semanas (que no obedece a un actitud profesional, claro, sino a una búsqueda estética —relamida, ya— que incluye un traductor, un texto innecesario, cantidades ridículas de infusiones, penumbra, ojeras y desengaños amorosos).
De cualquier modo, aunque nos hayamos granjeado fama de héroes en algunos foros, lamentamos el habernos llamado a silencio. Más que nada porque en pleno trance laboral supimos jugar con una entrada, quizás mas significativa que las habituales, que le apuntaba tangencialmente a una disposición que venimos advirtiendo hace mucho en ciertos círculos artísticamente inquietos: cierta fascinación con la originalidad y la novedad; cierto rechazo visceral y reflejo a cualquier cosa que forme parte de cualquier canon; cierta tendencia a trasegar cantidades industriales de música y cine, sin paladear nada; cierto acercamiento a la estética que resulta, por lo menos, llamativo.
En su momento preferimos no tener tiempo para denunciarlo y, además, acá no nos da el cuero para hablar de estas cosas*. Sin embargo, el dicterio correspondiente lo descartamos por habernos oído decir, anoche, tras una gran noche de Malba y una grandísima noche de Kabusacki**, en referencia a cierta parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, que seguiremos sin explicitar***:
"Y lo mejor es que no la conoce nadie".
*Aunque es cierto que alguna vez propusimos como mejor el enfoque, relativamente musulmán, de reescuchar, releer y remirar; aunque es cierto que seguimos poniéndolo en práctica.
** Por supuesto, la referencia al museo y al crafty guitarist vernáculo, junto con todo el blog, pueden tomarse como contradicción con lo anterior y como reivindicación del snobismo.
***A menos claro, que nos decidamos y empecemos a agitar los avisperos que hay que agitar para que cierta parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, vuelva a funcionar. En cuyo caso habrá que decir, nomás, de qué parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, hablamos.
De cualquier modo, aunque nos hayamos granjeado fama de héroes en algunos foros, lamentamos el habernos llamado a silencio. Más que nada porque en pleno trance laboral supimos jugar con una entrada, quizás mas significativa que las habituales, que le apuntaba tangencialmente a una disposición que venimos advirtiendo hace mucho en ciertos círculos artísticamente inquietos: cierta fascinación con la originalidad y la novedad; cierto rechazo visceral y reflejo a cualquier cosa que forme parte de cualquier canon; cierta tendencia a trasegar cantidades industriales de música y cine, sin paladear nada; cierto acercamiento a la estética que resulta, por lo menos, llamativo.
En su momento preferimos no tener tiempo para denunciarlo y, además, acá no nos da el cuero para hablar de estas cosas*. Sin embargo, el dicterio correspondiente lo descartamos por habernos oído decir, anoche, tras una gran noche de Malba y una grandísima noche de Kabusacki**, en referencia a cierta parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, que seguiremos sin explicitar***:
"Y lo mejor es que no la conoce nadie".
*Aunque es cierto que alguna vez propusimos como mejor el enfoque, relativamente musulmán, de reescuchar, releer y remirar; aunque es cierto que seguimos poniéndolo en práctica.
** Por supuesto, la referencia al museo y al crafty guitarist vernáculo, junto con todo el blog, pueden tomarse como contradicción con lo anterior y como reivindicación del snobismo.
***A menos claro, que nos decidamos y empecemos a agitar los avisperos que hay que agitar para que cierta parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, vuelva a funcionar. En cuyo caso habrá que decir, nomás, de qué parte de Recoleta, cercana al Gliptodonte, hablamos.
Etiquetas: Entradas que se desobedecen
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