domingo, septiembre 23, 2007

Florecillas del equinoccio

En Lo Terrible observamos con fruición todas las festividades que conserven, al menos, algún reflejo pagano.

Así, nos sacudimos como locos en Año nuevo y, cuando las natividades, pensamos nostálgicos en Yule.

Así, en la noche del 24 de junio nos sobrecogemos y batallamos con las ganas de fundir plomo y volcarlo en una fuente con agua para ver qué formas va a tomar la tragedia.

Así, el viernes pasado nos juntamos a celebrar con gente muy querida y, ya comidos y heróicamente embriagados, discurrimos sobre multitud de temas, como siempre.

(Aunque, en honor a la fecha, prestamos especial atención a "la bestia de dos espaldas" Rabeleisiana).

(Como siempre, vamos).

Pasados tres días ya, medianamente purgado el entendimiento, estamos en condiciones de hurgar en las grabaciones* de la noche y rescatar, un poco al azar, algunos parlamentos, sólo para solaz de los participantes (y para aburrimiento, lo sentimos, de los demás lectores, que carecen de contexto y, sobre todo, de embriaguez heroica).

"Yo creo que el budista... el budista acepta innovación. Porque... porque el camino hacia el Buda es personal: te lo podés encontrar debajo de la piedra más inesperada... o debajo del muslo más inesperado".

"—Te mandarón un imán re lindo.
—Sí, pero lo mandaron con un ganchito.
—Tiene colores.
—[balbuceo incomprensible]...bueno, es un poco bajo tu estándar. [balbuceo incomprensible]... el arte te debe gustar mucho, a vos.

[...]

—Tenés los mejores imanes que vi en mi vida...
—Sí, pero se me cayó uno. Tengo que comprar más.
—¿Pero qué? ¿Se cayó y se rompió?
—No, se cayó y... ¡es una bolita, no sé dónde está! Se fue abajo de la heladera... o algo así."

"Sí, pasa que las menonitas no tienen tetas... La menonita no te tiene tetas."

"—Ah, acá está pintón, ya.
—¿A ver?
—Cuando está con Bioy.
—Ah, sí. Porque no parece él.
—No, parece Bioy."

Es éste el momento de reconocer que esta entrada viene a engrosar la ardua lista de instancias en las que partimos con una idea y la dejamos, eternamente, trunca: a todas luces, metimos la pata con el grabador, o jamás lo prendimos, en los tramos de la tertulia dedicados a:

a) el triángulo (notablemente escaleno) conformado por Norah Lange, Borges y Girondo, con la correspondiente defensa de la templaza del segundo.
b) el posterior y espontáneo recital de poesías del tercero, pródigo en errores de pronunciación, ataques de risa y declamaciones lastimosas.
c) el prolongado e irrespetuoso tratamiento del Matter of Britain, cuyo cénit, creemos, fue la lista de los posibles titulares periodísticos motivados por el regreso de Arturo desde Avalon, post cura de sueño.

*En efecto, hace meses que tenemos la costumbre de grabar muchas conversaciones, por inocuas que sean. Tenemos miedo de olvidar esa frase que nos va a justificar para siempre, tenemos miedo de mirar con escepticismo el recuerdo, como ahora.

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