lunes, abril 21, 2008

Funky Forest (Katsuhito Ishii, Hajime Ishimine y Shunichiro Miki, 2005) o "Naisu no mori: the first contact" o "Palá, fraco"

Tras corta ausencia y para cumplir con una promesa que nos inventamos, sacamos de la manga Naisu no mori: the first contact, hija del triunvirato Ishimine (un extraño por estos lares), Ishii (que dirigió otra película) y Miki (que, según parece, trabajó en otra película); larga; y plena de una estética que, colegimos, no se puede apreciar del todo si uno no tiene a la bomba atómica como recuerdo cercano y sí la tiene como temor futuro.

Celebramos, sin los ojos como almendras y todo, la multitud de detalles que nos dejan cantar "¡piedra libre para Ishii, atrás de los otros dos!": los caprichos con nenas de imaginación pródiga (en este caso, Maya Banno, que quizás recuerden de otra película);









los caprichos con la música (los Guitar brothers, en este caso, que se roban la película. Quizás recuerden a uno de otra película, que no es Zatoichi);










los caprichos con la danza, en especial si es ampulosa;










y, menuda novedad, los Caprichos de Goya.










(Y, claro, los caprichos con la ternura, que, lástima, ni se le arriman a los de otra película y que no salen en las capturas).

Celebramos también la tendencia, que prometemos inconsciente, a comentar películas que no tienen argumento alguno, en cuanto nos deja sospechar que hablamos en serio cuando decimos que la forma es todo y es lo único.

Celebramos, por qué no, la postergadísima adquisición de la mesa con diseño levemente escandinavo, que, si bien está lejos de la de Koistinen, nos hace momentáneamente felices.

Celebramos, levantando una copa de pineral, el haber vuelto a jugar a la música con otros seres humanos, con un instrumento que todavía se nos retoba, pero no tanto como antes.